Unos cuandos tragos de vodka, una botella de tequila, que tras el transcurso de la noche se comvirtieron en tres y unas buenas zorras a ambos brazos marcaban el comienzo de una larga y extaciante madrugada, el frio daba un buen pretexto para tocarse entre las partes oscuras que las farolas no lograban alumbrar, primero con aquella rubia con pocas tetas, lo que era completamente recompensado buen trasero, firme y suave al tacto y que decir de esa estrecha cintura que dejaba tomarla desde cuelquier ...
Trending Articles
More Pages to Explore .....